Los problemas de salud mental se están extendiendo como una marea sobre la playa. Trastornos como la depresión, la ansiedad o el estrés postraumático han aumentado significativamente debido a la pandemia, lo que ha provocado el incremento en el uso de benzodiacepinas, uno de los grupos de medicamentos más consumidos en nuestro país.

Según datos publicados recientemente, el 11% de la población española consume diariamente este tipo de fármacos, lo que hace que nos llevemos las manos a la cabeza y consideremos esencial abordar los asuntos de salud mental desde una perspectiva más humanista y menos medicalizada.

Parafraseando una idea de Alejandra Menassa, médico y una de las conferenciantes del III Encuentro online de médicos humanistas, podríamos decir que el 12 de mayo sentamos a la salud mental en el diván de Conversaciones con Hipócrates.

Fue una tarde para compartir experiencias y conocimientos relacionados con la salud mental de la población en general. La entrevista con el psiquiatra holístico e impulsor de la Nueva Psiquiatría, Javier Álvarez, nos sirvió para enmarcar y contextualizar la situación actual de las prácticas en salud mental.

Javier Álvarez alertó del mensaje que se difunde acerca de abandonar el cuidado de nuestra salud y dejarla en manos de los políticos, de los que nos gobiernan. En su opinión la medicalización de la vida de las personas está sufriendo un incremento en nombre de la ciencia, que se ha convertido casi en una religión en lugar de una disciplina científica.

Para Álvarez el diagnóstico, en psiquiatría, no tiene tanta importancia. Hay que centrarse en la queja del paciente, ayudarlo a entender lo que le está pasando y a no medicalizarlo enseguida. “La sobremedicacion en mi especialidad es intolerable’’, dijo.

La conferencia de Alejandra Menassa, médico internista, psicoanalista, experta en medicina integrativa, escritora y artista, versó sobre el impacto de las emociones en el sistema inmune y viceversa.

Habló, apoyando sus argumentos en estudios científicos y corrientes de pensamiento como la psiconeuroinmunología, de un sistema inmunodeprimido en casos de ansiedad y depresión, y cómo nuestro estado emocional va influir en si enfermamos o no al haber contraído un virus, por ejemplo.

Algunos ensayos clínicos demuestran la relación entre los eventos estresantes de nuestra vida, como un divorcio, y un mayor grado de inhibición inmunológica.

Nazareth Castellanos, neurocientífica e investigadora en la Universidad Complutense, escritora y divulgadora de la neurociencia, compartió sus conocimientos y experiencia sobre los beneficios de la meditación en la salud mental.

Poniendo como ejemplos investigaciones, tanto propias como ajenas, ilustró la importancia de la respiración en nuestra salud física y mental. Una herramienta que es una gran aliada y medicina para nuestro cuerpo.

De hecho, destacó el papel de la respiración lenta como analgésico ante el dolor crónico. Y, además, cómo influye en la memoria, la atención e incluso en la expresión de las emociones

Alejo Cabeza, psicólogo evolutivo que trabaja en ASPROM (Asociación Balear de personas con discapacidad física) respondió con multitud de datos de estudios a la pregunta ¿puede la alimentación reducir el estrés, la ansiedad y la depresión?

Entre otros aspectos relacionados con la neurosis y la alimentación señaló a la mala alimentación, en el sentido amplio de la palabra, (procesados, exceso de hidratos de carbono, tensión nerviosa, escasez de sol, etc.) como la causante de la inflamación crónica, perjudicial tanto para la salud física como psíquica.

Muy curioso y sorprendente fue el dato que aportó, extraído de un estudio científico, de la conveniencia de mantener el colesterol más bien alto como modulador de nuestros niveles de serenidad y neurosis

Javier García Campayo, catedrático de psiquiatría, investigador, escritor y director del Máster de Mindfulness de la Universidad de Zaragoza, nos ayudó a comprender la importancia de la espiritualidad laica en el bienestar y su utilidad en el tratamiento de los trastornos mentales.

García Campayo aclaró la diferencia entre espiritualidad y religiosidad, ambas generadoras de un increíble valor terapéutico. Lo mismo que la creación de una figura de apego, sobre todo, cuando no hemos tenido un modelo parental con el que hayamos aprendido a autoregularnos emocionalmente.

También tener un propósito o darle un sentido a nuestra vida se asocia con un mayor bienestar psicológico. Por último, nos invitó a experimentar el efecto perspectiva con la meditación del anciano. Lo que sea importante cuando seamos muy mayores y vayamos a abandonar este mundo, lo debería ser ahora.

Con estas palabras grabadas en nuestro corazón, os esperamos en la que será ya la cuarta edición del Encuentro online de médicos humanistas el año que viene.

Hasta entonces, cuidad de vuestra salud física y mental